El tema de la educación y la crianza de los hijos en el siglo XXI lleva de cabeza a mucha gente que no pertenece a esas nuevas generaciones y contemplan con impotencia, la forma en la que los padres de hoy crían a sus hijos.
No les enseñan ni valores, ni principios, tampoco les enseñan a ser agradecidos, ni a respetar a sus abuelos, ni a los mayores.
Hoy los padres se han convertido en fanáticos de los hijos y eso conlleva a que se conviertan en colegas de sus hijos y no en padres. Las nuevas generaciones no saben qué es el respeto hacía los demás, son caprichosos, mal educados, perezosos, agresivos hasta con sus propios padres.
Las nuevas generaciones que ahora son padres y que están criando hijos carecen de toda autoridad para hacerse respetar de sus hijos. Sus hijos les manipulan y siempre consiguen lo que quieren, son ellos los que mandan en la casa, los que dictan las normas. los que dicen que, y en que momento se hacen las cosas en casa.
Desde muy pequeños les han hecho creer que son los príncipes y las princesas del mundo. No les enseñan que son todo eso, pero únicamente en su casa y para sus padres. Porque cuando ya empiezan a ir al colegio y a convivir con otros niños, ahí ya no son ni princesas ni príncipes de nada, allí se enfrentan a la vida real en la que todos son iguales.
Los padres de hoy hacen todo lo que sus hijos mandan. Por otra parte, la tecnología se ha posicionado dentro de la vida de los hogares. Los padres no son conscientes del daño que hacen a sus hijos, permitiendo estar con un teléfono móvil, una tablet o jugando a vídeo juegos durante muchas horas diarias.
Han convertido los móviles o celulares en niñeras. Y cuando se van haciendo mayorcitos van accediendo a portales de internet que no son aconsejables, desde contenidos violentos a pornografía.
Los hijos crecen creyendo que son los reyes y que nadie puede decirle no a nada, porque desde pequeños sus padres no pusieron límites. A todo dijeron sí. Los han acostumbrado a que para conseguir algún capricho, solo tienen que pedir y si los padres en principio dicen no, ellos utilizan las manipulación como recurso, para conseguirlo y los padres terminan cediendo.
Estamos viendo jóvenes que 19, 20 años y más, que para sus padres siguen siendo sus niños, les siguen tratando como bebes y no les obligan a trabajar, ni a estudiar. No les presionan para que empiecen a forjar su futuro, siguen manteniendo su estilo de vida satisfaciendo sus caprichos.
Estas son generaciones perdidas y los padres de familia no se dan cuenta o no quieren darse cuenta, ni tampoco entender, el mal que les están haciendo. No les obligan a que se comporten como adultos que ya son, por el contrario los siguen tratando como niños.
Es importante crearles la necesidad que para conseguir algo, hay que trabajar. Y en ese orden de ideas, sientan la necesidad de que tienen que empezar a visionar su futuro. De lo contrario han fracasado como padres criando vagos.
A continuación, les invito a escuchar el vídeo de este Juez de menores que habla desde la experiencia como Juez de menores